AUNQUE EL ‘MICROBLADING’ DE CEJAS SE PONGA GRIS O VERDE, HAY SOLUCIÓN MÁS ALLÁ DEL LÁSER
La apariencia que adquiere pasado uno o dos años puede camuflarse, según las expertas
En VOGUE por Violeta Valdés
El microblading de cejas se considera un tratamiento semipermanente, con resultados que no desaparecen de un día para otro, sino que evolucionan con el paso del tiempo. De ahí que aunque sea uno de los procedimientos más populares de su categoría, pocas personas sean conscientes de que en realidad “ofrece una duración de hasta dos años (normalmente suele ser uno), dependiendo siempre del tipo de piel, de la aplicación y de los cuidados que siga cada persona”, alertan desde el centro de belleza madrileño Beldon Beauty. A partir de entonces, el microblading atraviesa una etapa menos estética, pero podemos disimular su apariencia con el maquillaje y los tratamientos adecuados.
Por qué el microblading se pone borroso, verde o gris
Según Giner Muñoz, National Beauty and Brow Authority de Benefit España, “el microblanding supone colocar pigmentos en la capa superficial de la piel, aunque no llegue a ser tan marcado y profundo como un tatuaje. Cuando este pigmento se absorbe, en la mayoría de casos no queda como una línea delgada, sino que se va regando un poco por debajo de la epidermis, y ahí es cuando queda manchado o borroso; por eso cambia el resultado. Ya en este punto, la naturalidad del procedimiento dependerá de la cantidad de pelo que esa ceja tenga: cuanto menos pelo tengamos, menos natural se verá”.
En cualquier caso, la experta destaca que “los resultados a largo plazo no son iguales para todas las personas”. De hecho, una “a muy pocas les desaparece por completo; a la mayoría se le oxida pigmento y se torna verdoso o grisáceo. Entonces, la solución es hacerse una nueva pigmentación o un láser que puede provocar una pérdida de pelo en las cejas”. Por eso mismo en Beldon consideran que prevenir es mejor que curar, y trabajan “con los mejores productos y especialistas para asegurar la calidad del procedimiento, evitando así cambios de color en los pigmentos. También contamos con protocolo de seguimiento y retoque en el caso que sea necesarios”, declaran desde el centro.
Qué factores potencian que se estropee
El primer factor que afecta al microblading es la exposición solar. “El sol aclara su apariencia, por lo que es recomendable usar un protector spf una vez cicatrizado para prolongar su resultado”, recomiendan desde Beldon Beauty. Por otro lado, influirá “la regeneración de las células de la piel y la velocidad con la que esta absorbe el pigmento –cuanto más larga sea la regeneración y más lenta la absorción, más tiempo se mantendrá el pigmento– y la elección del color –el pigmento rubio por lo general se suaviza mucho más rápido que el castaño–”, añaden.
Además, es fundamental seguir las prescripciones básicas posteriores al servicio: “Las primeras 48 horas después del tratamiento es conveniente no humedecer ni maquillar la zona, así como no aplicar más crema que la monodosis que se entrega al término. Tras los dos primeros días, hay que tener cuidado, sobre todo, al secar la cara, recomendando secar esa zona a ‘toquecitos’ para no arrastrar la costra que se forma y que debe cicatrizar correctamente. A las dos semanas del tratamiento, se exfolia para retirar los restos de costra que queda entre los pelitos. No hay que comprar nada, después de cada tratamiento se entrega una mono dosis de vaselina, para aplicarla después del tratamiento y, dependiendo del tipo de piel, por la noche. Después de eso, a no ser que se note la piel de la zona tensa, no hace falta aplicarse nada más”, explican desde Beldon.
Las mejores soluciones
Como decía Giner Muñoz, el láser es la solución más obvia pero la menos deseable, puesto que puede provocar la pérdida de cabello irreversible. En sus palabras, “el microblading tapa el folículo, por lo que ese pelo puede crecer más débil y, en el caso de someternos a uno a o más retoques, podemos sufrir muerte folicular (el folículo queda obstruido por el pigmento). Someterlo a un láser lo debilitaría aún más el pelo de las cejas”.
Por este motivo, “el maquillaje siempre es nuestra primera opción, pues nos permite camuflarlo (…). Usualmente cuando vienen clientas que quieren ‘cubrir’ su microblading de cejas, lo que quieren es un tono que tape ese gris verdoso, sin que se les vea la ceja muy oscura. La gama de más de once tonos en cada producto de Benefit les ayudará a encontrar ese tono ideal para sus cejas, que es megaimportante”.
Por otro lado, “para ocultar o camuflar el microblading podemos recomendar el servicio de tinte de cejas de los Brow Bar de Benefit, ya que con este servicio se crea un sombreado en el pelo y la piel de la ceja, que hace que el pelo se vea más grueso y la ceja parezca un poco maquillada. Además, hay otro servicio mucho más nuevo que está provocando que el microblading se haga cada vez menos: el laminado de cejas, que permite reposicionar el pelo de las cejas y tapar los huecos para que se vea más rellena como resultado”, apunta Giner.
Dónde: Beldon Beauty
Calle de Lagasca, 9. Madrid.
Teléfono: 912 45 81 71